¿ Qué es alterioridad?

Alterioridad es un concepto que aún no está contemplado en el diccionario de la Real Academia. Quiere expresar algo que no termina de recogerse en ningún otro término por sí solo. La «alterioridad» sería algo así como el camino interior a través del otro (Del Alter/alter). El otro con minúsculas, es decir el encuentro entre personas que  provoca un viaje interno (al  interior de uno mismo) , porque impacta en su corazón. También es el encuentro con el Otro, con una divinidad que va más allá de mí. Sentirme religado a esa presencia da un sentido a mi vida y me con-mueve.

Alterioridad tendría una serie de elementos clave que fundamentalmente serían: Interioridad, encuentro con el otro y con-moverse.

  • Encuentro con el otro: La apertura y el encuentro con alguien fuera de mí, puede provocar un «impacto» en mi SER que me transforma como persona.  Al educar personas podemos provocar este encuentro con el otro generando sinergias y metodología que lo favorezcan o incluso potenciarlo a través del aprendizaje-servicio, voluntariado u otros.
  • Interioridad: El  diccionario  recoge interioridad como «calidad del interior«. Es difícil encontrar  mejor  marco para definir qué es la interioridad, o mejor dicho, para explicar qué es educar en interioridad. Educar en interioridad,  sería algo así como educar  para mejorar «la calidad del  interior«.
    En el interior de cada uno se alberga siempre lo mejor (también lo peor). Aquello que no es caduco, que siempre nos acompañará y que no tiene que ver con lo estético, ni con lo físico. En definitiva, serían los sentimientos, los miedos,  los conocimientos, las emociones… Educar en interioridad es ayudar, fortalecer  y proveer de herramientas a nuestros alumnos para saber manejar todo ello. Es facilitar procesos de enseñanza-aprendizaje para saber ir del ruido al silencio, de la ira a la templanza, de la tristeza a la alegría, del miedo a la seguridad,  del desconocimiento a la sabiduría…  Educar en la interioridad es trabajar con el material «sensible» de cada uno,  para romper corazas, conocerse uno mismo, mejorar la autoestima  y ayudar a adentrarse en el mundo interior (por qué no, acercarnos algo más a nuestro  corazón).
    Si a este camino interior le sumamos el encuentro con el otro, podemos encontrar claves que nos provocan un impacto mayor y que transciende de mí. Esto nos conduce al tercer elemento: con-moverse. Conmoverse tiene una doble acepción. Por un lado la de compadecerse del otro, enternecerse, empatizar con el dolor o sufrimiento de otra persona. Por otro, el de movilizarse, no quedarse quieto, ponerse en movimiento “con”. Este movimiento hacia “el otro” moviliza al alumno, le hace más empático, autónomo y le posibilita de herramientas para la relación. Por eso educar en alterioridad es también ayudar a que el alumno sea más empático, autónomo, creativo, mediador y facilitador en las relaciones con el mundo que le rodea.

En resumen esto sería alterioridad.  Es la interioridad en movimiento, es la compasión (pasión «con el otro»), es la solidaridad, el encuentro con el otro,  que nos hace más YO.

Además, la alterioridad es un movimiento multiplicativo, pues la relación con el otro no solo provoca un cambio en mí, sino también en los que me rodean y en mi entorno, pues ese movimiento me conduce al compromiso con mí entorno cercano.
Es un camino hacia el SER YO (Interioridad), desde el TÚ (alterioridad)  y que repercute en el SOMOS (compromiso, justicia social, solidaridad, …).